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Arrancar con un episodio como "What Happened and What's Going On"  es toda una declaración de intenciones. Lo que le ocurre "a cierto personaje principal" en ese episodio es, aparte de un sensacional e impactante ejercicio de estilo, una manera de comunicar al espectador que lo que vendrá a continuación en sucesivos capítulos será de lo más catártico y revelador. Después de ver hacia donde ha virado la temporada al final, era muy necesario que todos los personajes tocasen fondo "de verdad" para ponerlos en una situación emocional perfecta que pudiera darle el mayor juego posible a un lugar, en principio, tan "apacible" como Alejandría. Así pues, Rick y los suyos se embarcan en un viaje que les llevará directamente a encontrarse cada uno con su demonio interior,  haciéndoles cuestionarse por primera vez si merece la pena tanta búsqueda de la nada: "Nosotros somos los muertos vivientes" - dice por fin Rick.

En esa encrucijada emocional se encuentra el grupo cuando de pronto, se dan de bruces con lo que parece ser la primera salida fiable a esa putrefacta existencia en  la que se hayan dando vueltas en círculos. La primera opción siempre es la desconfianza extrema, pero en este caso Rick se encuentra por primera vez con la oposición de gran parte de su grupo que no ve con buenos ojos la posibilidad de desperdiciar un lugar donde realmente empezar de cero. En este caso la desesperación que hemos vivido en sus primeros episodios sirve de coartada perfecta y trampolín para que nos pongamos del lado Michonne y los suyos, que acabarán por convencer a Rick de que si quieren encontrar algo de paz entre tanta miseria, deben arriesgarse de vez en cuando aunque eso siempre suponga la posibilidad de morir en el intento.

 Así  pues acabarán llegando a Alejandría que se trasformará en un lugar donde lo cotidiano, y la falsa sensación de seguridad, se convertirá en una nueva corona de espinas para nuestros protagonistas. Inteligentemente, The Walking Dead da un respiro a esa huida constante hacia la muerte, en la que estaba instalada últimamente, para introducir a nuestros protagonistas en un entorno de lo más estimulante, donde poder explorar nuevos temas y situaciones. El síndrome postraumático, los problemas estructurales que supone construir una nueva civilización, o el qué se debe sacrificar en pos de poder volver a vivir con una cierta normalidad cuando se tiene una constante fuerza invasora que amenaza con quitártelo todo en cualquier momento, son algunos de los temas más interesantes que ha traído la serie en esta nueva tanda de episodios.  Y es el último punto, el de poner nuevos límites éticos a una sociedad en construcción, el que ha acabado siendo fundamental en su recta final, volviendo a poner a la serie entre lo más alto del panorama seriéfilo y en un nuevo disparadero de salida que se vuelve a antojar tan adictivo como apasionante  ¿Acabará siendo Alejandría un nuevo sol para nuestros Ícaros? Apuesto a que sí. Aunque lo mismo da, gane o pierda, lo mejor será descubrirlo en su sexta temporada.

 

LO MEJOR: "Su capacidad para explorar nuevos temas con una temática tan limitada”

LO PEOR: "Alguna trama ha quedado algo descompensada."

The Walking Dead es una serie que, por su carácter de huida hacia delante, necesita una constante regeneración de tramas y personajes para no caer en el inmovilismo narrativo. Sus arcos no siempre van de la mano de sus temporadas completas, pero si se esfuerzan sus creadores en que haya una cierta cohesión emocional a la hora de empaquetar los ocho episodios de rigor que conforman sus medias temporadas.

Texto primera parte de la temporada:

¡Que los Zombis descansen en paz!

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