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Desde Los Soprano, hasta la recientemente finalizada Boardwalk Empire, pasando por Gomorra, Sons of Anarchy o Peaky Blinders, las organizaciones criminales más debastadoras del panorama seriéfilo nos han aterrado tanto como divertido. Si en la realidad detestamos a los criminales, en las series nos encantan.

Hoy en día, los antihéroes están a la orden del día, y extraño sería un protagonista al que le faltara alguna arista oscura. La posibilidad de acompañarlos durante temporadas que pueden abarcar años enteros, verles enfrentarse a mil y una situaciones distintas, hace que acabemos aceptando toda la sangre, la violencia. Incluso los perdonamos. Los peores criminales se han adueñado de nuestras pantallas. Desde la icónica Los Soprano hasta las actuales Sons of Anarchy o Boardwalk Empire, la eterna fascinación por el lado oscuro ha alcanzado su culmen en la televisión. 

 

La familia como estructura básica, como cebo para nuestras conciencias. Organizaciones delictivas que comparten valores como la camaradería, la confianza, el respeto mutuo. Valores reconocibles, que nos tranquilizan como espectadores y nos hacen bajar la guardia. Es un asesino pero quiere ser un buen hijo. Trafica con droga pero lo hace por su familia. Buenos propósitos pero métodos más que cuestionables. Doble moral en su más pura forma.

 

Está claro que la época de los buenos y los malos quedó atrás. No gusta, no vende. Como ejemplo el estrepitoso fracaso de la última serie de Aaron Sorkin. Se perdió la inocencia en algún punto del camino. Sospechamos de alguien consistentemente amable, justo u honrado, queremos héroes con los pies de barro. Quizá eso los acerca a nosotros, haciéndolo más accesibles, pero también nos priva de espejos en que mirarnos. Tony Soprano es un grandísimo personaje, pero nunca lo admiraré como a Fox Mulder. Eso se ha perdido.

 

Y sin embargo, aún existen esos resquicios, esa necesidad de hallar valores positivos incluso en los criminales más degenerados. Parece que lo necesitamos. Será curioso ver qué ocurre cuando aceptemos la verdad, y nos adentremos en el lado oscuro sin miedo, sin medias tintas. No está lejos ese día...

 

"Desde la icónica Los Soprano hasta las actuales Sons of Anarchy o Boardwalk Empire, la eterna fascinación por el lado oscuro ha alcanzado su culmen en la televisión" 

"Organizaciones delictivas que comparten valores como la camaradería, la confianza, el respeto mutuo. Valores reconocibles, que nos tranquilizan como espectadores y nos hacen bajar la guardia" 

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