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Me gustan las listas, y siempre suelo dejar la mía para esta época del año, cuando ya se ha enfriado algo la cosa y nos hemos podido alejar un poco de la saturación de las últimas semanas del año. Es una lista descendente, me temo que poco original y, como supongo que ya sabréis, muy personal,  que lo único que pretende es llamar la atención sobre las series  que, desde mi punto de vista, han dado las mejores temporadas de 2014. Comenzamos por las nuevas

Hacía mucho tiempo que una serie de HBO no me cautivaba tanto y no me dejaba con esa sensación de estar viendo algo único. Filosófica, hipnótica, desestabilizadora y hasta metafísica, True Detective no inventa nada que no hayamos visto antes en series como Twin Peaks pero lo retuerce de tal manera que quedamos atrapados en su epicentro, sin poder, ni querer salir de allí. Y sí, además soy de esos que disfrutó un montón de su cierre. A veces la opción más sencilla puede ser la buena.

Sigo pensando que si Gomorra no ha entrado en tantas lista como debiera es porque la mayoría de la gente todavía no la ha  visto, no se entiende de otra manera. El retrato que hace Roberto Saviano y su secuaces sobre la camorra napolitana es sencillamente magistral, y aún así,  puedo aseguraros que no está tan alto en esta lista por eso, sino porque consigue que una ficción que es en sí misma casi un documental llegue ser tan adictiva como si fuera una serie de mismísima Shonda Rhimes ¿Cocaína didáctica?

Reciente ganadora de globo de oro. Si nos olvidamos de ese último episodio tan maniqueo nos encontramos ante una auténtica obra de orfebrería, donde los sentimientos de los personajes son como un apasionante puzle emocional, en el que no todas las piezas encajan. Lo realmente interesante de The Affair no es saber quién es el asesino de turno sino averiguar qué es lo que buscan sus protagonistas el uno en el otro, y las consecuencias tanto para ellos como para las personas que les rodean. Aunque ahora tenga mis dudas, si la serie sigue por ahí todo irá bien.

Viendo como está el nivel general de la nueva comedia en los últimos años, Silicon Valley se convierte en un auténtico soplo de aire fresco en un caluroso día veraniego. Ocho episodios de media hora son suficientes para reconocer que estamos ante unos personajes y una historia que trascienden por completo el mero humor de frikis-genios buscando su pedacito de gloria. Cruzo los dedos para que mantenga el nivel, porque de ser así, es muy posible que estemos ante la nueva "Entourage". Pero la buena, no la de sus últimas temporadas.

Adoraba la película de los Coen, y que me haya convencido tanto su remake es todo un indicativo de lo bien que se han hecho las cosas. Fargo la serie, atrapa la esencia del original y a partir de ahí despliega todo un abanico de posibilidades, donde su ácido sentido del humor, su maravillosa puesta en escena, y su increíble y acertadísimo elenco de actores, consiguen que el resultado final sea una auténtica delicia televisiva. Tan original como cínica, Fargo se ríe con la misma voz socarrona con que nos advierte, de los peligros que conlleva dejarnos llevar por nuestro diablo interior.

Solo faltaba el canal Showtime por sumarse al género fantástico, y tengo que añadir que, con Penny Dreafull, ha dado totalmente en la diana. John Logan y Sam Mendes, artífices de la última de "James Bond", utilizando como principal referencia a los monstruos clásicos de la "Hammer", han logrado crear un universo propio fascinante. Ocho episodios donde lo importante no es la trama en sí, sino más bien que quedemos atrapados en su espiral de misterio, terror y lujuria. En su epicentro, una maravillosa Eva Green, que nunca estuvo más embriagadora, sexy y aterradora.

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