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Fresca, novedosa y, sobre todo, sorprendente. Dudo que nadie esperara hace unos meses que  Jane The Virgin pudiera estar nominada al Globo de Oro a mejor comedia e, incluso, su protagonista ganar el premio a la mejor actriz. Pero ha sido así. ¿Y cómo lo ha conseguido? Utilizando sabiamente la premisa de la serie, tan simple como absurda -una joven obsesionada con su virginidad se queda embarazada por una negligencia médica-, los guionistas han sabido combinar los clichés del género -el cliffhanger de media temporada con Alba, la abuela de Jane, cayendo por las escaleras- con un tono cómico y romántico -el beso de la protagonista y Rafael bajo el árbol, con los pétalos de rosa cayendo sobre ellos, es simplemente precioso-, apoyado por una voz en off que en vez de entorpecer el ritmo, dota a la serie de mayor agilidad. Sin olvidar el uso de los pensamientos y sueños de los protagonistas, que aparecen plasmados en pantalla. Lo que nos ha permitido disfrutar del mejor cameo de la temporada: el de Paulina Rubio, que se aparece a Xiomara, la madre de Jane, para convencerla de que tiene que seguir persiguiendo su sueño de cantar. Simplemente desternillante. Desde Ally McBeal, creo que nadie había sabido utilizar este truco de una manera tan sabia.

Por si no ha quedado claro, Jane The Virgin es, en esencia, un culebrón tradicional: no faltan las archivillanas -Petra y su madre, en silla de ruedas y con parche en un ojo-, padres secretos y gente humilde con ganas de salir adelante. Repito, un culebrón 'de los de siempre'. Pero, eso sí, dotado de un tono cómico que no tiene miedo a tratar el problema de la inmigración, de la falta de oportunidades para los latinos en USA o presentar a una pareja de lesbianas, como si tal cosa. Y lo llamativo es que la serie no tiene miedo de 'quemar' trama, incluso más que otras compañeras del canal, como The Vampire Diaries, especializada en este ritmo frenético. Por ejemplo, Jane y Rafael, los padres 'a la fuerza', ya están juntos. ¡Y solo han emitido nueve episodios!

Para terminar, me gustaría destacar el mimo con el que están trabajados sus personajes y la elección de los actores. La casi desconocida Gina Rodríguez, como Jane Villanueva, es toda una revelación y dota de autenticidad un personaje que podría haber resultado una caricatura. Pero quizá el más sorprendente es Jaime Camil, un roba escenas profesional, que interpreta a Rogelio de la Vega, estrella de las telenovelas y padre secreto de la protagonista. Funciona con todos los personajes de la serie; algo que le ha quedado claro a los guionistas, ya que no ha parado de ganar protagonismo en las tramas.

Con un piloto sobresaliente y una media temporada para enmarcar, a Jane The Virgin le queda lo más difícil: demostrar que no baila sobre un castillo de naipes y que puede ser una gran serie quemando trama y utilizando los clichés sabiamente. Sí, tiene un difícil camino por delante. Ugly Betty no lo logró. Veremos si Jane 'la virgen' lo consigue.

¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Veinteañera, latina, camarera, con novio, virgen y embarazada... de otro. Este es el resultado de mezclar un culebrón venezolano en el canal CW.  Todo podría haber salido mal pero, por extraño que parezca, Jane The Virgin es la sorpresa de la temporada

LO MEJOR: El estupendo trabajo de todo el reparto y  la sabia utilización de la voz en off.