top of page

 

Cómo Conocí a Vuestra Madre se convirtió en apenas tres temporadas en una de las comedias más seguidas y admiradas de los últimos años. Su humor, siempre a mata caballo entre lo sofisticado y lo campechano, vivió durante esa época en estado de gracia, gracias a labrarse una personalidad propia que surgió de sus constantes y divertidos saltos temporales, y de sus diferentes y efectivos puntos de vista continuos. Durante esos años pronto se ganó el reconocimiento de ser considerada como la heredera natural de Friends, debido principalmente a unos personajes que interactuaban entre sí de una manera parecida, y a unos lugares y situaciones muy similares, que no hicieron más que acrecentar dicha comparación. Esta etiqueta ha acompañado a la serie durante todo su periplo, convirtiéndose al final más en una lacra que en un sello de garantía.

Y es que pocas comedias en la historia de la televisión, han podido aguantar la erosión del tiempo, con tantos episodios y temporadas a su espalda. A partir, más o menos, de su cuarta temporada, la serie se fue volviendo más y más auto complaciente, y por ello su humor se fue empantanando con los líos amorosos que afectaban a tres de sus protagonistas. Tampoco ayudó demasiado que la comedia virara cada vez más hacia el drama haciendo aún más cuesta arriba el visionado de muchos de sus  capítulos.

Aun así, Cómo Conocí a Vuestra Madre nos ha dejado la suficiente cantidad de episodios grandiosos como para ganarse un huequecito en nuestros corazones. Aunque también nos haya entregado por el camino una infinidad de episodios ñoños o sosos,  por haber creado un personaje tan mítico como Barney Stinson se merece medio Olimpo seriéfilo. Aunque sea solo por eso dejémosla descansar en paz. Desde luego se lo ha ganado.

 

Al final la madre era lo de menos

Nueve temporadas para conocer a una madre dan para mucho, y cuando al final la conocimos nos dimos cuenta que lo mejor había sido el trayecto más que la espera. Aunque su magia se fuera perdiendo por el camino, la echaremos de menos.

Guión de Agustín Fort y dibujo de Ricardo Gruber

bottom of page